Terrorismo low cost en el mundo actual

El terrorismo low cost es en lo que se ha convertido el terrorismo hoy en día. Buscando provocar el mayor daño posible a la población con el menor coste explícito derivado de armamentos y otros temas logísticos. Por ello, es necesario el análisis de la situación actual mundial y los factores que propician este tipo de terrorismo, observándolo como una consecuencia de las diferencias irreconciliables entre las civilizaciones. También habría que tener en cuenta que es una evolución del terrorismo a gran escala. Esto derivaría en que los ámbitos de actuación serán los relacionados con el coste implícito del atentado y la cooperación internacional.

¿Cuál es la situación hoy en día desde un punto de vista político?

El orden mundial del siglo XXI, tal como preveía Kissinger, gira alrededor de varias potencias: Estados Unidos, Europa, China, Rusia intentando recuperar espacios perdidos tras la guerra fría y,  los países de civilizaciones islámicas, con importantes riquezas petroleras. Para Hungtinton, la civilización musulmana divide el mundo en dos: Dar al-Islam (tierra de paz) y Dar al-Harb (tierra de guerra) y, los principales conflictos que se dan en la actualidad deben sus inicios a la expansión de la civilización occidental, por lo cual, la civilización musulmana toma revancha al sentirse invadidos por parte de instituciones políticas occidentales y, considerando el mundo occidental como Dar al-Harb.

Por esta razón, Huntington concluye que el choque de civilizaciones entre la cultura musulmana y la occidental es inevitable, así pues, el terrorismo low cost es la evolución de esas diferencias irreconciliables. Este terrorismo requiere poco conocimiento técnico, poca coordinación logística, poca comunicación con el exterior y mucha facilidad de imitación a nivel global por la globalización.

El 11 de septiembre de 2001 se mantiene como un día histórico, puesto que marca un antes y un después en temas políticos y de seguridad internacional. Inmediatamente después,+ se formulan protocolos aeroportuarios más rígidos que permitan tener un mayor control de los pasajeros y sus pertenencias en equipaje de mano, lo que genera una evolución en la manera de generar terror.

Qué es, por qué surge y qué implica

En Europa, diferentes grupos terroristas utilizaban una técnica logística que requería del conocimiento sobre explosivos y de una cantidad ostentosa de dinero para llevar a cabo los atentados, lo que facilitaba a los cuerpos policiales y de inteligencia su detección. Todo ello engloba un coste bajo de preparación y una gran efectividad en cuanto a las víctimas.

El patrón claro en la actualidad es la utilización de un vehículo automotor de tamaño grande o mediano (alquilado o robado) para colisionar con los deambulantes de una zona, normalmente turística, que por consiguiente es muy transitada.También comienza a difundirse el fenómeno de utilizar un arma blanca para herir a los transeúntes, generando terror y rechazo en la población hacia el resto de la comunidad árabe, residente o no residente, en las grandes urbes occidentales.

La difusión del terror se genera espontáneamente por la capacidad de conexión entre los principales medios de comunicación y redes sociales, generándose así un choque civilizacional cada vez más agresivo.

El terrorismo low cost supone a día de hoy una amenaza difícil de contener. Tiene implicaciones a dos niveles: captación (a través de las redes sociales), y ejecución (reducción de los costes del atentado).

Estudiar este fenómeno desde el punto de vista de la inteligencia económica es relativamente sencillo: mientras que el ataque terrorista que derribó las torres gemelas el 11 de septiembre costó alrededor de medio millón de dólares y supuso la muerte de 3016 personas (incluidos 19 terroristas), el último atentado low cost perpetrado en Barcelona costó alrededor de 210€ (coste de alquiler de la furgoneta y fianza) y supuso la muerte de 15 personas.

Esto supone que el coste por persona pasa de 165€ a tan solo 14€, esto es lo que le cuesta a un terrorista acabar con la vida de una persona.

A nivel económico vemos claramente cómo esto supone una inmensa facilidad para cometer atentados, pero también lo es a nivel de logística, planificación, estratégica, etc. Por ejemplo, para alquilar una furgoneta tan solo necesitamos permiso de conducir desde hace más de 2 años y ser mayores de 23 años.

Esto tiene diversas implicaciones:

La primera sería entender que el terrorismo es dinámico y se ajusta a los movimientos antiterroristas, a las medidas que se toman y a las condiciones económicas coyunturales para su organización y especialmente las de aquellos que han sido captados por su red.

El hecho de abaratar sus costes, tanto a nivel de captación como de ejecución, les genera la posibilidad de realizar un número mayor de atentados, con mayor frecuencia y facilidad para actuar.

Por lo tanto, debemos entender que cortar la financiación del terrorismo no es hoy en día una solución para acabar con él, al menos no en el precio explícito del atentado, el cual hemos visto que es irrisorio.

Se encuentra que, actualmente, se da un perfil de terrorista joven, nacido en la cultura Occidental, que vive una enorme falta de inadaptación a la sociedad en la que vive, debido a las diferencias existentes entre la cultura en la que sus antepasados y su familia han crecido y la cultura Occidental donde se ve inmerso él. Dado este perfil y la globalización actual, tiene un enorme peso la captación de terroristas por redes sociales.

Eso nos deja dos ámbitos de especial importancia para actuar: las redes sociales, para frenar las captaciones de terroristas en potencia; y el precio implícito del atentado.

El precio implícito del atentado puede ser modificado por diversas vías, por un lado, subiendo los requisitos necesarios para el alquiler de vehículos, control de los antecedentes, país de origen etc.  Y por otro lado, controlando a sus familias. Sabemos que las familias de los suicidas reciben altas cantidades de dinero tras los atentados, como “compensación” por la muerte de su familiar. Esto significa que los terroristas a pesar de no tener aprecio por su vida sí la tienen por la de su familia, y se aseguran de que esta pueda vivir bien. Si modificamos esto, consiguiendo que el terrorista en potencia piense que su familia no recibirá ningún dinero, que sufrirá consecuencias, o que tras su muerte su familia tendrá represalias, quizás el terrorista vea como el coste del atentado sube, ya que estaríamos modificando el precio explícito del atentado.

P=P(E)+P(I)

P(I): PRECIO EXPLICITO (COSTE MATERIAL)

P(E): PRECIO IMPLICITO (COSTE NO MATERIAL)

¿Cómo afrontar este Terrorismo Low Cost desde Occidente?

Uno de los grandes inconvenientes al cual se enfrentan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es la falta de coordinación existente entre distintos cuerpos de un mismo país o a escala supranacional. Los terroristas logran beneficiarse de manera indirecta, de este tipo de falta de coordinación, ya que, gracias a ese error humano tienen en muchos casos la facilidad para lograr moverse por el conjunto de la Unión Europea sin despertar sospechas que puedan prevenir la consecución de un ataque terrorista. Esta falta de actividad coordinada, es el resultado de una falta de políticas comunes que realmente tengan capacidad ejecutiva para mejorar la disponibilidad y uso de la información.

Este problema no se mejorará solo aumentando los recursos disponibles para enfrentarse a estas amenazas que intentan poner en tela de juicio el modo occidental de vida, sino que se antoja fundamental que los canales creados expresamente para comunicarse ante estos riesgos, sean utilizados correctamente.

Una de las grandes taras a la cual se ha enfrentado el conjunto de las instituciones europeas en los atentados acaecidos en los últimos años, ha sido la notoria falta de coordinación entre agencias nacionales y supranacionales. Esta tara ha impedido una actuación más eficaz, al menos para poder tener la capacidad de anticiparse a determinadas acciones llevadas a cabo por personas radicalizadas en un lugar determinado y que puedan intentar provocar un daño irreversible en otro país de la Unión.

Por lo tanto, una de las grandes tareas pendientes por parte del conjunto de las instituciones, es la perseverancia y continuidad en la creación y utilización efectiva y correcta de los distintos canales de comunicación existentes. Esto solo será posible mejorarlo si todos los actores implicados son conscientes de la laguna informativa existente y ver esa falta de coordinación como un arma que permite a potenciales terroristas a llevar a cabo esas acciones dominadas por el terror.

Como hemos analizado muy brevemente, el terrorismo con pocos recursos, va ganando terreno en nuestra sociedad, por lo que una de las principales tareas a las cuales se deberían enfrentar los distintos Estados es en los medios de prevención a través de la educación y de la integración de las personas excluidas socialmente.

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